lunes, 12 de noviembre de 2007

Un bombón Barceloní...

Hola. Buen día para todos los polizones.
Hoy, al igual que la semana pasada vuelve a ser lunes, pero con la diferencia de que hoy le toca al 12, un día después del cumpleaños de mi hermana menor, Tuly.
Este finde fue un fin de semana hermoso realmente ya que hubo sol, y pasamos el conocido veranito de San Martín y supongo que a cada chancho, le ha llegado su San Martín.
Hoy está nublado y volvió el frío. Típicamente otoñal y mediterráneo.
El fin de semana como les comentaba, no fue uno mas de los tantos que estoy viviendo. Fue por primera vez celebrar el día de la tradición argentina (excusa perfecta para juntarnos a comer empanadas, sanguches de milanesa y vino tinto) ahí, en donde funciona el Casal Argentino en Barcelona. Bien, hasta aquí todo bien, o mejor dicho, siempre todo bien y sobre todo cuando los etílicos hectolitros te acercan cada vez mas a Dionisio.
La verdad que la hemos pasado muy bien y son cosas que realmente te hacen encontrarte con los que dejaste allá pero que están aquí con otras caras, cuerpos y géneros.
No quiero hacer referencia exclusiva a lo que significó en sí mismo la Peña del Casal Argentino en Barcelona, si quieren visiten casalargentino.org, lo que quiero es contarles algo que me sucedió cuando todo ya había terminado y éramos solo Quatre gats, o cuatro gatos locos.
El hecho que les quiero comentar es similar al que les conté en la edición anterior. Es “cuando de repente detrás de aquel árbol te aparecés vos…”
Si, tal cual se los digo, sensaciones que te hacen sentir otras sensaciones, sonidos que te hacen acordar a imágenes, de cumpleaños, de salidas, de fiestas, de noche, de festivales, de conciertos, de estar cerveceando en casa de los amigos o en una quinta en el verano y ¡que se arme la milonga se ha dicho! Por otro lado, como diría Pichuco en Nocturno a mi barrio “…pero ¡cuando me fui!... ¡Si siempre estoy volviendo!...” cosas como estas. Uno aparentemente nunca se puede desprender del todo de lo que siempre mamó (si se me permite la expresión dentro del contexto de las reuniones alcohol mediante). Realmente las raíces, nunca desaparecen, en el fondo sos argentino y basta, en eso no hay discusión. Alguien, me dijo por ahí, “no somos lo que somos, por venir de donde venimos, si no que somos lo que somos porque pasamos por los lugares por donde pasamos…”.
En cierta manera debe ser así, uno termina siendo lo que a uno lo rodea, pero en su interior hay una esencia, hay un espíritu que se forma o se forja por lo que nos alimenta, quizás terminamos en lo mismo, porque si ser lo que nos rodea, es tener esa esencia, terminamos afectados por todo lo que nos rodeó o nos alimentó o por donde fuimos pasando hasta donde estamos.
Los que les quiero decir en definitiva, hay entre ustedes y yo, queridos polizones, 14.000 kilómetros de distancia, con otros quizás menos, me rodean otras costumbres, otros hábitos, otras maneras de ser, otro espíritu de vivir, otro ritmo, pero en el fondo sigo siendo el mismo, quizás con el tiempo un poco mas diferente, pero casi igual que ayer…
Vean este video, y a los buenos entendedores, huelgan las palabras…

jueves, 8 de noviembre de 2007

Verás que todo es mentira....Bueno, no es pa tanto!

Hola! Buen día!
Hoy me levanté como cada mañana y lo de siempre, ir a chocarse todas las cosas habidas y por haber hasta finalmente llegar al baño o al lavabo o vater o como sea que le dicen aquí (a ver si se ponen de acuerdo) y bueno, me lavo la cara, los dientes y me dispongo a prepararme el desayuno.

Hasta ahí todo bien.
Pongo a calentar el agua para el café, mientras me asomo por el balcón como cada mañana para ver como se presenta el día, y veo que sin haber escuchado ningún tipo de reporte meteorológico en la tele o la radio (dicho sea de paso, en ningún medio de comunicación te dicen la temperatura que hace en el momento tanto cuando hablan de la que hará ni en los informativos, sí las que harán el resto de la semana), que el día sería hermoso. Un sol brillante y que apenas calienta y una leve brisa marina, es claro, una leve brisa marina en estas épocas en esta mitad del globo quiere decir, te morís de frío…
Bueno, volviendo a lo principal, me dirijo a la cocina, abro la alacena y… no veo por ningún lado el frasco de café. Es decir veo uno ¡pero vacío! Bueno, pienso, vamos a recurrir al querido y viejo mate cocido con leche, sigo buscando y no estaba el pequeño paquete de Rosamonte ¡Noooooooo! ¡Esto ya es lo último! ¡Me quería morir! ¡Ni yerba de ayer secándose al sol! O mejor dicho… ¡ni yerba de ayer comprada en la tienda del pakistaní, secándose al sol! Y ahí amigo, amiga les juro que sentí un hondo pesar, no iba a poder desayunar ni tomar mis matutinos mates… por suerte era una hora en la que “la tienda del paki” estaba abierta, así que fui hasta allí y me dirigí corriendo hasta el fondo del pasillo y ahí estaban todos juntos (los paquetes de yerba) como esperándome como con los brazos abiertos, (¡encima vestidos de rojo y negro!) cada uno de ellos diciendo “Bienvenido Martín, a este pedacito de la Argentina, de tu ciudad, de tu infancia, de tus tardes en el patio de tu casa en verano, en las tardes de la costanera, de las tardes de la casa quinta, de los momentos en tu piso de soltero, de los viajes por todas partes de la provincia haciendo transmisiones de radio, de los momentos en los que solo estabas con él o con ella compartiéndolo, con tu amigo, tu novia, tu vieja, tu viejo, el abuelo, las horas leyendo, las películas de la tele en casa, dulce, amargo, como sea". Todo eso en una fracción de segundo.
Las cosas. O las imágenes te hacen poner en funcionamiento ese halo que llevamos todos y nos hacen que nos aferremos a lo que siempre estuvo alrededor nuestro (o una sucesión de imágenes en cuestión de milésimas de segundos) y estuvieron presentes pero nunca les prestamos atención y cuando estás lejos de tu patria, de tu país de tus orígenes, como dicen los catalanes “trobes a faltar” “encuentras a faltar”, dicho en criollo, las extrañás. “…Cuando rajés los tamangos, buscando ese mango que te haga morfar…” “… la indiferencia del mundo que es sordo y es mudo recién sentirás…”, “…cuando no tengas ni yerba de ayer secándose al sol…” Son canciones que siempre las escuché y si, eran bonitas, sonaban bien, pero cuando empezás a elaborar las letras a 14.000 kms de distancia, tienen otro significado, otro sabor. “Una cosa es conocer el camino y otro es recorrerlo” a esta no la saqué de ningún tango, aparece en la película Matrix, pero es así.
Bueno amigos, para que no piensen que estoy mal, estoy muy bien, realmente, he pasado por esas etapas nombradas anteriormente por suerte. Digo por suerte porque me pasaron y me fortalecen como persona y porque ya pasaron y como si fuera poco, ahora estoy tomando unos ricos mates, con Rosamonte.
Queridos polizones, que tengan un gran día, y cada vez que hagan ese acto repetitivo y automático que es chupar de una bombilla, piensen en esta pequeña historia personal ocurrida en Barcelona.


Gracias Iutub por tantas imágenes.

lunes, 5 de noviembre de 2007

...es bandera de niebla su poncho al viento...

Esta mañana me levanté con una rara sensación de optimismo, cosa que en estos últimos tiempos no me viene ocurriendo, y al mismo tiempo cuando estaba despertando y preparando el mate para desayunar con croissant me acordé de un lugar del cual ya he visitado dos veces y es increíble como una canción te puede cambiar la escenografía automáticamente ¿no?
Este lugar está cerca del casal argentino de Barcelona, a la vuelta digamos, a una cuadra de la estación de metro número 5, “La blava” (La azul).
El lugar desde fuera parece cualquier bar o café de cualquier ciudad, puede ser de Santa Fe, de Buenos Aires, Madrid, Santiago de Compostela o de la mismísima Barcelona.
Pero el secreto se devela cuando abrís la puerta del local…
… olor a carne, una pizarra que dice “Empanadas tucumanas €.0, 75”, seguís mirando un oco más el menú y dice, “¡Flan con dulce de leche!” ¡Joder con la nostalgia! Y después todo el resto de los platos, platos argentinos. Bueno, es evidente que estoy en un lugar argentino, y encima el primer día, escuchás un repertorio de la Negra Sosa (¡Qué puñalada macho!) al viernes siguiente todo un compilado de Soda Stereo, a mí que jamás e la vida me gustó o no me llamó la atención salvo algunos temas en concreto esa noche a las 23:00 horas, mientras afuera, en Barcelona llovía y hacía frío, en Santa Fe, eran seguramente las 19:00 hs y empieza a aparecer nuestro diabólico amigo de cada estío, El Verano, y adentro, sonaba Lo que sangra la cúpula.
Y bueno, el vino, marca Tanguero, el que nunca había probado ni lo hubiese probado en argentina tan solo por el nombre, aquí lo bebí como agua bendita no solo por el nombre sino por su sabor. Como nos cambia la vida en algunas circunstancias ¿no?
Y bueno, como les decía, es un lugar bastante simple, en el que no encontrás el típico trapo albiceleste, la foto de Carlitos, del Diego, no se, ¡podría ser hasta de Santa Evita y del General Perón! ¡A veces todo vale! diría Gustavo Santaolalla o La Biblia junto al calefón de Santos Discépolo, tal como somos los argentos, “…Del éxtasis a la agonía oscila nuestro historial. Podemos ser lo mejor, o también lo peor, con la misma facilidad…” diría la Bersuit Vergarabat
Lo único que se puede divisar tímidamente al costado de una columna es un mapa de la República y nada, es eso, no piensen que uno empieza en el llorisqueo ni nada, eso uno lo reserva para los momentos e que está solo o con alguien de su confianza…
Pero bueno, lo importante es que te sentís en un pedacito de Argentina y te la pasás muy bien.
La cosa es que esta mañana me acordé del restaurante y de una de las canciones que hacía hace dos viernes atrás la Negra Sosa, “El arrierro” de Atahualpa Yupanky. Esta vez, la interpretación será por Los Chalchas…. Los inolvidables Chalchas.
Bueno queridos polizones, los dejo con un videíto de uno de esos que encontrás en el glorioso Iutub Punto Com.
Un abrazo …. Y adeeeeentro!!!