1926 Era el final de la tarde y la claridad se iba agotando a medida que un hombre joven bajaba por la escalera tallada en piedra de la cripta se la Sagrada Familia; en el túnel que conducía al sótano era ya casi de noche cerrada. Las piedras y los sillares sumidos en la penumbra brillaban aquí y allá debido a la tenue luz que se colaba desde arriba. El tañido de unas campanas rompía de modo intermitente el silencio, como campanadas que vinieran de otro mundo. Al fondo del sótano una gran franja de luz que salía del taller se proyectaba en un tramo del enorme pasadizo. Las campanas redoblaban cada vez más fuerte; el hombre traspasó el umbral. Dentro, la habitación estaba poco iluminada y atestada de moldes de yeso, pportaplanos y maquetas. Un chubesqui apagado y un camastro complementaban el mobiliario. Varios tubos colgaban de un soporte especial de madera. Un hombre bastante mayor en mangas de camisa y con el cabello blanco golpeaba los tubos con un pequeño martillo y, de vez en cuan...
Diario viaje por la vida y por la búsqueda de un destino incierto... pero posible.